Una de las características de personalidad más frecuentes entre las personas superdotadas o con altas capacidades es su gran capacidad de abstracción. Desde hace tiempo, utilizo con mis pacientes un símil gráfico para entender esta capacidad y lo que supone: Estamos en el teatro y nuestra atención se encuentra totalmente centrada en el escenario, en el desarrollo de la acción y en todos los detalles que la rodean, pero solo en el escenario. El resto de nuestro campo de visión está en la oscuridad para poder concentrarnos mejor.
Algo similar ocurre con nuestra capacidad de atención en el día a día. Si algo nos interesa especialmente nos concentramos mucho más en ello. De hecho, los estudios sobre la percepción humana nos indican que percibimos mucho mejor aquello que realmente nos interesa, lo que en psicología se llama atención selectiva o focalizada.
La atención selectiva o focalizada
La explicación científica de este suceso utiliza como modelo un filtro de los estímulos que nos llegan, imprescindible porque nuestro cerebro tiene una capacidad limitada, de forma que aquellos estímulos que no nos interesan son o bien eliminados o bien atenuados, según las diferentes teorías, antes de pasar a nuestra conciencia.
Como ejemplos del día a día, podemos pensar en cómo vemos muchos más coches de una determinada marca cuando estamos pensando en comprar uno nuevo y, justamente, estamos interesados en un modelo de esa marca. O cómo vemos muchas más mujeres embarazadas o con bebés cuando estamos embarazadas. De la misma forma, si somos niños, veremos muchos más niños por la calle y si somos jóvenes veremos más jóvenes. Nuestra percepción está dirigida hacia aquello que nos preocupa en cada momento de nuestra vida consiguiendo que prestemos más interés a aquellos sucesos de la vida cotidiana que guardan una mayor relación con nuestros objetivos personales y que, en parte, obviemos otros sucesos de menor relevancia.
Volviendo al ejemplo del teatro, cuanta mayor atención prestemos al escenario, será más probable que no nos demos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor, lo que guarda una relación directa con el despiste en las conductas de muchos superdotados. Podemos encontrar muchos ejemplos de este tipo de conducta:
- Le estoy hablando mientras está viendo una película y no me contesta.
- Le pedí que me trajese algo, me dijo que sí, pero se le olvidó.
- Parece que está siempre en su propio mundo.
- Es muy despistado, siempre pensando en sus cosas, se olvida hasta de cerrar la puerta de casa.
- El otro día me dejé las llaves en la puerta, me las devolvió un vecino.
- Pierde los libros, las gafas, la bufanda, etc.
- Se olvida de hacer los deberes.
- Se pone un calcetín de cada color o diferentes zapatos, es un «desastre» vistiendo.
- Olvidó el día del examen y no se presentó.
La capacidad de abstracción de los superdotados
Esta gran capacidad de abstracción tiene sus ventajas. Cuando algo nos interesa somos capaces de concentrarnos totalmente y olvidarnos del entorno, obteniendo el máximo rendimiento de nuestra capacidad de aprendizaje y de razonamiento. Esto supone que podemos rendir mucho más para resolver problemas, para preparar un examen o para terminar un trabajo complejo en un tiempo menor.
Pero también tiene sus desventajas, como hemos visto más arriba. Ser superdotado se asocia frecuentemente con ser despistado o con no prestar atención a aquello que no nos interesa en ese momento. Si nos vamos a la cultura popular son bien conocidos muchos de los chistes sobre los genios y su tremendo despiste:
“Nuestro hombre era un superdotado aficionado a la informática y plusmarquista del despiste: Llegó a un hotel y dijo: “Quiero una habitación con vistas al mar” ¡Con vistas al mar! ¿Aquí?, ¿en Segovia? Y nuestro hombre hizo un gesto de resignación: “¡Vaya!¡Ya he vuelto otra vez a equivocarme de tren!”.
Uno de los comentarios que más oímos en nuestra consulta es justamente este: «no presta atención, está en su mundo». Los profesores dicen que parece que no atiende, pero sin embargo cuando le preguntan sobre lo que acaban de explicar es capaz de responder sin problemas. Cuando un niño tiene una capacidad intelectual muy superior a la de sus compañeros aprende mucho más rápido y cuando la profesora repite y repite los conceptos, directamente desconecta y deja de prestar atención. A veces contesta muy deprisa los cuestionarios o resuelve los problemas rápidamente y comete errores. Esta situación puede llevar al profesor a preocuparse por los problemas de atención del niño y sugerir a los padres un estudio especializado sobre el Déficit de Atención.
El Déficit de Atención y los superdotados
Los profesores suelen estar bien informados sobre las características del TDA (Trastorno por Déficit de Atención) porque las farmacéuticas se encargan de realizar una importante difusión en los centros escolares y, así, estos profesionales de la educación reconocen a un niño con Déficit de Atención (TDA) asociándolo a un niño despistado, distraído, desorganizado y disperso. También puede ser torpe o lento y manifestar problemas de concentración y de planificación. Los síntomas para identificar a un niño con TDA suelen ser los siguientes:
- Le cuesta organizarse y planificarse para realizar sus tareas.
- Olvida las cosas con facilidad.
- Da la sensación de estar “ausente”, pensativo, divagando.
- Tiene dificultad para prestar mucha atención a los detalles.
- Le cuesta seguir instrucciones.
- Se aburre fácilmente, sobre todo cuando las tareas requieren esfuerzo y no le interesan.
Todos estos síntomas pueden presentarlos niños superdotados o de altas capacidades, aburridos y desmotivados durante las clases, niños superdotados o de altas capacidades que no están recibiendo la atención educativa que necesitan y que actúan de forma muy diferente cuando algo les interesa, prestando toda la atención del mundo, pero que en una clase normal se olvidan de hacer sus tareas, no se organizan bien, dan la sensación de estar ausentes, pensativos, no atienden bien las instrucciones y se aburren fácilmente (sobre todo cuando se trata de tareas repetitivas y monótonas).
Si muchos de estos niños superdotados recibiesen la atención que necesitan, que en la mayoría de los casos sería algo tan sencillo como la aceleración de curso, para que pudiesen estar aprendiendo de verdad en las clases, en lugar de aburridos e inatentos, dejarían de presentar estos síntomas y no necesitarían ser medicados para mejorar su atención.
El Déficit de Atención en el caso de los superdotados puede ser entendido como Falta de Atención por parte del sistema educativo, por parte de sus profesores, y, en general, por parte de las administraciones públicas hacia sus necesidades educativas especiales. Estos niños no necesitan medicación para mejorar su atención, necesitan educación especial, y materias que les interesen para mantener su atención focalizada durante las clases, mantener su concentración, aprendiendo y no perdiendo el tiempo durante toda la jornada escolar.
Insisto, si un niño muy inteligente no presta atención, se aburre en las clases y parece estar siempre en su propio mundo no es DÉFICIT DE ATENCIÓN, es FALTA DE ATENCIÓN.