La mayoría de los padres que vienen a nuestro gabinete terminan preguntándonos por el colegio ideal para sus hijos superdotados y de altas capacidades.
¿Qué colegio nos recomiendas para las altas capacidades?
Desafortunadamente, en este momento en España no podemos recomendar ningún colegio en concreto como el colegio ideal para niños superdotados o niños de altas capacidades. Por ello, lo único que les sugerimos, es que antes de matricular a su hijo, mantengan una conversación con el Director del Colegio diciéndole que su hijo es superdotado o tiene altas capacidades y viendo cómo respira y se comporta cuando le pidan la aceleración de curso. Si la respuesta es «aquí eso no lo hacemos», o «a los niños superdotados les tratamos igual que a los demás», o que «ni siquiera sabe cuantos superdotados tiene en su centro», lo mejor será buscar otro colegio lo antes posible.
Pero, ¿cuál sería el colegio ideal para niños con altas capacidades?
Colegios para niños con altas capacidades
- Identifican pronto a todos sus alumnos superdotados (2 % del alumnado) y de altas capacidades
- Facilitan la educación adecuada a su edad mental (la aceleración de curso para los superdotados como primera opción)
- Forman en habilidades sociales y gestión de las emociones
- Forman a los padres, a los profesores y a todo el equipo
- Evitan el fracaso escolar, el acoso escolar y consiguen el desarrollo emocional y educativo de los superdotados conforme a sus capacidades
Y tienen aulas especiales para que las altas capacidades del centro puedan relacionarse entre sí, al menos unas horas a la semana, y asistir a clases específicas de ampliación de conocimientos en las asignaturas más importantes.También para que puedan realizar actividades de enriquecimiento que les permitan desarrollar su creatividad y motivación.
Desde El Mundo del Superdotado y la Fundación El Mundo del Superdotado estamos deseando poder recomendar a los padres los mejores colegios en nuestro país para los superdotados y las altas capacidades. Nos encantaría poder llenar esta web cuanto antes con los mejores nombres de centros excelentes para superdotados.
El Mundo del Superdotado
Gabinete de Psicólogos Especialistas en Superdotación y Altas Capacidades
Tel. 914317061 – Madrid (España)
A continuación, damos una muestra de las llamadas «Historias de Superdotados y de altas capacidades» muy en relación con la situación actual del tratamiento hacia las altas capacidades en la educación actual.
Acoso escolar por sus buenas notas
«Hola, soy O. Flores y soy superdotado
Escribo para transmitir algunas de mis experiencias en los centros educativos, espero que os sirvan de algo.
Aunque mi capacidad intelectual ha supuesto una diferencia significativa con la mayoría de mis compañeros de estudios de todos los cursos, que dificultaba compartir inquietudes y reflexiones, no puedo quejarme de haber tenido problemas de integración, pues siempre he conseguido integrarme bien con mis compañeros (a costa de ocultarles gran parte de mis pensamientos). Aun así, también he tenido mis problemas.
En el colegio solían calificarme de «empollón», a pesar de que no estudiaba mucho, pero todos daban por hecho que mis altas notas se debían a que estaba siempre estudiando, no a que tuviese más habilidad para aprender con menor esfuerzo (que es el caso). Ese tipo de apelativos los he recibido siempre. Es un problema menor, pero es innegable que siempre me he visto obligado a reprimir mis inquietudes delante de la mayoría de la gente. Cuando alguien descubría que tenía CD de música clásica, me miraban raro, y tenía que excusarme en que como tocaba el piano me veía obligado a escuchar eso, para librarme de que me juzgasen mal, en vez de poder reconocer que me gustaba esa música. Hoy en día soy más sincero con mis opiniones y me importa menos lo que piensen de mí, pero durante la infancia el deseo de ser aceptado por quienes nos rodean es algo que nos suele condicionar bastante más.
Uno de mis mayores problemas lo tuve durante el primer ciclo de la ESO, pues sufrí acoso por parte de varios compañeros (eran solo unos pocos, los más gamberros de la clase), a causa de mi interés por sacar buenas notas. Hoy en día se presta atención a esos temas, pero en aquel momento (hace poco más de diez años) cuando me quejaba a los profesores estos no hacían nada. Si me acosaban durante las clases y yo protestaba, los profesores me mandaban callar o me reñían por protestar. Y si intentaba defenderme, al final el que se metía en líos era yo. La cosa llegó al punto de que mi padre tuvo que intervenir él mismo yendo a hablar con esos chicos, pero no sirvió de nada, porque el instituto no hizo nada. No me libré de eso hasta que ellos repitieron curso y dejamos de ser compañeros.
También he tenido problemas con profesores, desde lo que explican mal hasta los que lo hacen bien pero no soportan tener a entre sus alumnos a un chico que destaca demasiado; durante la enseñanza obligatoria solía permanecer callado en clase, me costaba preguntar mis dudas o responder a las preguntas de los profesores aunque supiese la respuesta. A veces lo hacía sin problemas, pero otras veces lo pasaba mal, y me ha seguido pasando lo mismo durante toda la educación (desde la primaria hasta los cinco años de carrera y el máster que estoy haciendo ahora).
Algunos profesores no entendían mis dudas, que yo planteaba cuando ellos no eran lo bastante claros, y asumían que estaba preguntando porque no me enteraba de lo que explicaban, en vez de porque quisiese profundizar más allá de sus superficiales explicaciones. Eso es algo que me ofende mucho, pues cuando estaba tratando de llegar más lejos, ellos pensaban que iba por detrás, como si fuese algo tonto.
Más injustos aún eran los casos en los que los profesores me discriminaban abiertamente; por ejemplo, cuando hacían preguntas, alababan a otros compañeros que respondían a cualquier pregunta, por simple que fuese, y les anotaban un «positivo»; pero si respondía yo, aunque hubiese acertado una cuestión muy compleja, me seguían haciendo preguntas, una tras otra, hasta que no sabía responder a alguna, para luego decirme «qué pena, si hubieses sabido eso te habría puesto un positivo, pero no». Estaba claro que no soportaban tener a un alumno demasiado inteligente.
Supongo que los problemas que tuve pueden tenerlos también personas con inteligencias menores, pero considero que mi alta capacidad intelectual ha aumentado esos problemas cuando yo los he tenido, además de causarme otros que de otro modo quizá no habría tenido. Y todo por la incomprensión o el rechazo de otras personas, compañeros y profesores.
Un saludo»
Mercedes de Madrid (nunca le repitieron las pruebas)
«Mi hija dicen que no es superdotada porque las pruebas que le hicieron en su CEIP arrojaron un CI de 122. La orientadora dijo que tenía dudas sobre una parte de la prueba ya que fue claro que la niña no colaboró y esa prueba era una parte muy sencilla dentro del test que le hizo. Pero todo se quedó allí. Nadie propuso jamás repetirlas.
Por suerte mi hija está en ese intervalo donde la sobredotación no genera mayores problemas, porque su CI no es tan alto. Lo que sí he sufrido, es la crítica de muchos allegados que te tratan como si tu intención al preocuparte por que las cosas se hagan bien es porque tú quieres tener un niño superdotado. He sufrido la incomprensión y muy mala interpretación!»
Jorge Luis de Madrid: Tuvo que decir que estudiaba mucho
«Antes de empezar, quiero daros las gracias por esto, es muy importante cambiar la visión que existe sobre el niño superdotado, ya que no creo que haya cambiado mucho desde mis experiencias hace 9-10 años.
Esta experiencia la tuve en sexto de primaria: yo siempre he sido una persona crítica y me gustaba dar mi opinión sobre cualquier tema, pero esto a mi profesora no le agradaba mucho.
Una vez discutimos sobre si era bueno o no tomar mucha leche, ella afirmaba que cuanto más leche tomáramos mejor, a lo que respondí que eso no era bueno porque lo había leído en un libro de medicina, a esto ella respondió que era mentira y que no tenía razón, por lo que concluyó que tomásemos cuanta más leche mejor.
Independientemente de que yo tuviera razón o no, no se puede menospreciar así la opinión de un alumno, hay que tener en cuenta su opinión e intentar mantener un diálogo no una discusión. Desde hace un tiempo creo que, a razón de esto, he ganado miedo a dar mi opinión por el temor a que fuese rechazada de este modo.
Y para concluir creo que los profesores deberían apoyar al alumno superdotado a integrarse, ya que yo, por lo menos, tuve la suerte de darme cuenta que cuando me preguntasen que como hacía para sacar buenas notas era mucho mejor contestar que estudiaba muchísimo, a responder que nunca estudiaba, porque sino te miraban con mala cara, si no me hubiese percatado de esto, seguramente hubiese pasado una mala temporada en cuanto a relaciones sociales.
Padres desesperados por la falta de colegios adaptados a superdotados
Hace muy poco que os sigo en facebook y me parece muy interesante todo lo que se habla. Tengo dos niñas con un C.I por encima de la media. La mayor, de 11 años, diagnosticada desde los 6 años y con un C.I de 158. Cursa 6º de primaria. La pequeña de 7 años y con un C.I de 149 cursa 2º de primaria en un colegio público de Valencia.
Mi historia es la siguiente:
Desde siempre he visto en mis hijas ciertas características que me hacían pensar que no eran normales a su edad, además, en mi familia hay tres personas con C.I muy alto (mis hermanos). El caso es que yo busqué una psicóloga que me ayudara y por suerte ella es muy profesional, le hizo las pruebas y encontramos lo que encontramos. Mi única intención al pedir esas pruebas era saber lo que tenía en casa para saber o investigar que hacer y cómo dirigir a mi hija.
Con mi hija todo fue más o menos bien porque por suerte no tiene muchas disincronías, tuvo también suerte con el grupo que le tocó en el colegio que es un grupo más homogéneo y los niños han aceptado como es ella y la respetan muchísimo, además, la admiran…ella se siente bien con sus compañeros.
Respecto a los profesores ha habido de todo. Hubo quien me ignoró totalmente cuando yo le explicaba la situación de mi hija. Estos niños por desgracia van siempre de la mano de la frustración, y el caso de mi hija no era diferente. También debo decir que dos profesores a lo largo de su paso por la primaria si la han comprendido y le han querido ayudar en la medida de sus posibilidades.
Mi hija pequeña lo está pasando bastante mal. Ella tiene un carácter diferente y a nivel emocional si que tiene algo de disincronía. Algunos de sus compañeros se han llegado a burlar de ella porque siempre tiene buenas notas, la han llegado a acosar. Ella, tristemente ha tomado su estrategia de «hacer como que no sabe» para sentirse más integrada..esto es muy triste y peligroso…
Ella no quiere ir al cole, sufre mucho cada mañana, y sufrimos nosotros con ella. Los profesores…la verdad es que lejos de apoyarla…la han relegado también…Entiendo muy bien su aburrimiento. En clase llevan dos cursos con las sumas y ella entiende perfectamente la sistemática de las divisiones!, tiene mucha agilidad mental, resuelve problemas incluso antes de terminar de leerlos ya sabe lo que tiene que hacer… en general va muy adelantada respecto al programa de cada asignatura.
He pedido que la adelanten de curso pero como ella si tiene disincronía con el tema emocional me preocupa que tenga más problemas con eso, además, la directora me dijo que si se podía pero que eso era «mucho trabajo» (para ella claro está).
Los niños superdotados NO necesitan una lista nueva de sumas por acabar su trabajo rápido…lo que necesitan es abrir su abanico de aprendizaje, necesitan un poco de libertad y otro poco de guía para investigar. Estoy en el consejo escolar de mi colegio, además de ser la vicepresidenta del AMPA, pero cuando me he atrevido a proponer algo de esto, la respuesta es tajante y los argumentos son los mismos:
* Estos niños van solos, no necesitan ayuda (un error garrafal)
* No tenemos tiempo para estos niños (esto me lo creo)
* Hay un niño con Síndrome Down y muchos otros que no llegan, y esos si necesitan ayuda. Darle a tu hija más es «discriminar» a los otros…han pasado 6 años y la única discriminada es mi hija….
Mi marido y yo nos sentimos muy solos en esto, porque realmente lo estamos. Nosotros apoyamos mucho a nuestras hijas en las horas que no están en el colegio, las ayudamos en sus inquietudes y si vemos que en algo necesitan refuerzo pues nos ponemos manos a la obra, por ejemplo en lo social que es en donde suelen apartarse un poco. Lo único que pretendemos es que nuestras hijas sean felices, se desarrollen bien y consigan lo que quieren, pero este sistema educativo no toma en cuenta a estos niños.
Si me permiten quiero añadir algo. Mi marido es español, yo soy mexicana, aunque española ya por adopción ;-), por eso quiero compartir, que en México, en la enseñanza pública existe un programa especial para este tipo de niños que se llama CAS (capacidades y aptitudes cobresalientes) en donde los niños que se han detectado (por el mismo profesor a quien se le instruye correctamente sobre la superdotación), se les dedica un día cada cierto tiempo para hacer investigaciones, trabajos de las áreas que más les interesen, se les lleva a visitar fábricas, talleres, industrias, clínicas, laboratorios, etc. según los intereses del niño, se les enseña y se les guía en muchas áreas que NO son de curriculum, porque la mentalidad mexicana es que hay que abrir el abanico de conocimientos de estos niños, no cargarlos de más con lo mismo que les aburre.
El gobierno paga cursos a los profesores para que aprendan más sobre esta característica de algunos alumnos y sepan manejarlos en su diferencia. Los niños hacen incluso elecciones en sus colegios, hacen partidos a los que les llaman planillas y proponen cosas para mejora de sus colegios y sus ciudades, y no es sólo un juego, es una enseñanza en el espíritu del esfuerzo, de las ideas, de emprender lo que piensan y en muchos casos sus ideas son tomadas en cuenta por las autoridades de manera totalmente seria y respetuosa…
Siento que aquí hay mucho miedo…o quizá no es esa la palabra pero se aferran a la idea de que todos los niños son iguales y se les debe de dar lo mismo. Yo pienso que a nivel de derechos evidentemente SI son todos iguales, pero a nivel de características y necesidades definitivamente NO.
¿ Qué culpa tienen mis hijas y muchos niños más que en el cole haya alguien con menos capacidades?, cómo le explico yo a mis hijas que todos tienen que ir al ritmo de esos niños? esto termina por agotar su interés de aprender, y por desgracia, en muchos casos terminan por desertar.
España debería apoyar más a sus talentos, que no son pocos, la enseñanza española debería apostar por la excelencia, y cambiar esa idea mal entendida de que a todos se les debe dar exactamente lo mismo a todos los niveles…seguro poco a poco todo cambiaría. Los niños son el futuro, cuando yo sea anciana gobernará este país niños que aprobaron porque si, porque se les dio todo.
Una última reflexión: hace un tiempo, a una política se le ocurrió proponer un bachillerato de excelencia, y muchísima gente se le fue a la yugular…Yo me pregunto: no hay centros deportivos de alto rendimiento «exclusivos»para gente físicamente superdotada en donde desde luego no pueden entrar mis hijas? A eso no le llaman «relegar»? Por qué entonces se llevan las manos a la cabeza cuando alguien propone un centro para niños y jóvenes con talentos especiales que seguramente verían mucho por España? Ahí dejo esa reflexión…
Algo (mucho) tiene que cambiar en este maravilloso país, pero desde las raíces, desde la más tierna infancia…España tiene demasiado talento, no sólo en el futbol, sino en muchas áreas muy importantes, hagamos algo, España es nuestra y de nuestros hijos…CUIDEMOSLA!!!
La visión de una madre y profesora sobre los superdotados
María C. de Asturias, madre y profesora.
Soy madre de una estudiante superdotada veinteañera, y como también soy profesora de Secundaria, puedo ofreceros mi visión desde los dos los dos puntos de vista.
El caso de mi hija es un ejemplo de libro, como tantos otros, de lo que sucede cuando las características emocionales y educativas de los superdotados no son tenidas en cuenta por el sistema educativo, viendo así mermado su enriquecimiento intelectual y personal a lo largo de su vida.
Como profesora y madre ahora me doy cuenta por lo que llevo hablado con mi hija, de que los superdotados no se dan cuenta de que lo son, y ni padres ni profesores, por falta de conocimiento o asesoramiento, nos damos cuenta tampoco. Aunque ellos desde muy pronto son conscientes de su sentimiento de “extrañeza o diferencia” y que no encajan con los demás, pero desconocen la verdadera razón entonces eso les provoca grandes problemas emocionales y de comunicación en las relaciones sociales. Esto les hace sufrir mucho a causa de la dolorosa adaptación al sistema educativo y social. La inadaptación conduce a la soledad más íntima lo que les impide compartir sus sentimientos y experiencias con los demás. Se sienten incomprendidos, y a la larga, el desarrollo de su propia identidad les provoca conflictos de personalidad y grandes frustraciones internas que les van dañando la autoestima y que , desgraciadamente, tanto a padres como a profesores nos pasa desapercibido simplemente por desconocimiento.
En lo que concierne al desarrollo intelectual y cognitivo de estos alumnos, los profesores no tenemos ni se nos exige ninguna formación al respecto. Somos unos completos ignorantes en este campo y, por mi experiencia personal, a la administración educativa, en absoluto, le interesa paliar esta carencia, ya que estos alumnos nunca se contemplan en ningún curriculum educativo especifico porque no hay personal especializado para ellos, ni tutorías ni apoyos individualizadas, ni metodologías y ni materiales adaptados, por mucho que las sucesivas leyes “ los mencione” en el papel. Esa es una de las razones por las que hay tanto desencuentro entre lo que demandan las familias, lo que ofrecen los centros educativos, y la actitud a la defensiva de los profesores que o bien por desconocimiento o bien por soberbia profesional, que también la hay, no sabemos como tratarlos, nadie nos ha dado una minima orientación sobre sus características personales, ni cómo detectarlos, ni que pedagogía o didáctica emplear para trabajar con ellos.
Por el contrario, en el caso de alumnos con otras Necesidades Educativas Especiales o casos concretos de niños con altas capacidades y con Trastorno del Espectro Autista o Asperger (Doble excepcionalidad), es obligatorio y se nos exige hacer las programaciones personalizadas con sus adaptaciones significativas acorde a sus necesidades, una vez que dichos alumnos tienen un dictamen hecho por Departamento de Orientación, a petición del Equipo Docente que les imparte clase. porque se consideran que están en riesgo de exclusión o abandono. ¿Y los excluidos del sistema y silenciados a propósito? Todos hablan del fracaso escolar de los Superdotados o Altas Capacidades pero nadie parece querer saber nada del asunto, ni la inspección educativa da ninguna directriz al respecto, ya sea porque ni tienen especialistas en la materia o porque consideran que no es un problema tan grave como sabemos quienes tenemos que enfrentarnos a él. Y sin embargo, si que hay programas de ayuda psicológica y pedagógica para alumnos con otras Necesidades Educativas Especiales como son: Salud Mental, Pedagogía Terapéutica, Fisioterapeuta, Apoyo, talleres de Lengua y Matemáticas, grupos flexibles, grupos de Ámbito y Diversificación
En cuanto a mi experiencia como madre es la siguiente. Mi hija desde muy pequeña era brillante en todo lo que hacia. Aprendía sólo con escuchar, leer y hacer los deberes y sacó notas sobresalientes en la Primaria, Secundaria y el Bachillerato. Además hacia muchas otras actividades, música, gimnasia rítmica, inglés, dibujo y cualquier cosa que la entretuviera. Y aunque algunos profesores en Primaria me dijeron que era excelente en todo, nunca nadie me dio la mas mínima orientación sobre hacerle un diagnóstico.
Lo mas sorprendente del caso es que, yo misma, dedicándome a la enseñanza pensaba que eran normal en ella porque en casa y en su entorno tenía mucho estimulo cultural. Y por lo mismo, mi hija, de pequeña creía que todos aprendían igual que ella.
Pero pronto empezó a darse cuenta de que era “diferente” , cuando los profesores empezaron a poner, como bien dice ella, “etiquetas”, a clasificar, calificar, a distinguir y comparar entre unos y otros alumnos, con mejor o peor intención. Y comenzaron a afloraron preferencias, carencias, envidias y agravios comparativos entre los compañeros/as, padres y madres más competitivos. Empezaron a mirarla con recelo, a agobiarla con comentarios sobre las notas que sacaba, con lo que sabia, a sentirse observada y enjuiciada en todo momento y por todos, En definitiva, dice que sentía un rechazo y que no entendía porqué, y comenzó a tener miedo “al ridículo”, “a no caer bien”, “ a querer ser aceptada, “ a cometer errores” que todos reprochaban con más intensidad que al resto”. Y lo mismo, por parte de algunos profesores por trabajar y contestar demasiado rápido, por ser reivindicativa contra las injusticias y agravios. Todo lo positivo de ella se fue transformando en algo negativo. Y en todo ese periodo, yo sin saber por el calvario que estaba pasando porque ella nunca comentó absolutamente nada de su malestar.
En Secundaria y Bachillerato me dijo definitivamente: ”no quiero ser la mejor” “no quiero ser brillante” , “no quiero que nadie se fijen en mi y ni que se compare conmigo” . Y así me lo dijo y así lo hizo porque, aunque siguió sacando muy buenas notas, se relegó a sí misma a un tercer plano dejando paso a quienes tanto la atosigaban. Estaba cansada de luchar contra todos pero yo lo interpreté como una rebeldía adolescente, sin más, debido a su fuerte personalidad, que también fue la perdiendo con el tiempo.
Y es ahora, cuando confiesa que tomó esa actitud con el fin de intentar integrarse socialmente dentro de un grupo de amistades que eligió porque, a su juicio, “ eran quienes mas daño me podían hacer”. Pero, para entonces el daño ya estaba hecho, había renunciado a sí misma. Toda esta lucha feroz, aquí resumida, fue devastadora para su autoestima. Pasó de ser una persona alegre, enérgica, líder, creativa, entusiasta, responsable, ilusionada con todo lo que hacía en la niñez hasta que en la adolescencia comenzó a sentirse insegura, confusa, desmotivada, sin ánimo, sin ilusiones, incomprendida. Fue cuando empezó a cambiar su manera de relacionarse con los demás, a intentar integrarse socialmente desesperadamente, porque le hacían sentir que algo fallaba en ella y se sentía culpable y no quería verse rechazada por ello.
Durante años fue ocultando su verdadera personalidad y distorsionándola. Ahora, ella reconoce y afirma que: “me puse una máscara y a fingir en todos los aspectos de la vida” ; “se la teoría de cómo comportarme socialmente pero no se aplicarlo a mi misma” , “yo sólo imitaba y seguía la corriente”. Y a todo esto, yo pensando que estaba perfectamente integrada y como tampoco hubo fracaso escolar pues no me preocupaba. Entonces, llegó a la Universidad con baja autoestima, apatía, con desmotivación, con desanimo, no sabía como estudiar, ni que método seguir, ni como regular su estudio, gestionar el tiempo, ni tenía habilidades sociales y que su estilo de aprendizaje no se adapta al sistema educativo universitario establecido. Todo ello, le produce una tremenda frustración que le ocasiona un desgaste emocional y mental excesivo por la lucha continua que mantiene consigo misma y la presión a la que se somete por conseguir los objetivos como ella le gustaría.
En definitiva, las consecuencias de no ser atendidos como deben les pasan factura tarde o temprano y pagan las consecuencia de una inadaptación educativas y emocional terrible y desesperante para ellos y para la familia. Perciben perfectamente la injusticia del sistema que no pone a su alcance los recursos ni medios adecuados para su desarrollo evolutivo emocional y académico. Nadie les ha tenido en cuenta ni han desarrollado ni les enseñó las habilidades necesarias para aplicarlas a su modo de concebir el mundo y su estilo de aprendizaje es justamente aquí donde esta el verdadero problema educativo, la falta de una didáctica y una pedagogía adecuada.
Afortunadamente, y nunca es tarde, el diagnostico de Superdotación destapó el origen de todo su malestar emocional e intelectual. Y con la terapia adecuada, va recuperando la autoestima personal y su potencial intelectual. Comprende mejor lo que le pasó, porqué le pasó, las razones por las que es “diferente” al resto y no “rara” y comienza a aceptarlo.
Finalmente, por poner unos puntos en claro sobre las verdaderas carencias del sistema educativo sobre este tema y de como debemos comenzar a proponer una formación adecuada para el profesorado, de manera que, tanto los padres como profesores podamos dar una mejor educación de nuestros hijos y alumnos, en función de sus necesidades y igualdad de condiciones que el resto:
1.- Proponer a las instituciones educativas la formación del profesorado, concretamente, sobre las características cognitivas y emocionales de los alumnos con Altas Capacidades y Superdotados, no sólo para la enseñanza de cualquier etapa educativa si no también para la Universitaria. De esta manera será más fácil detectarlos, comprender la problemática, proponer los diagnósticos, y enfocar su aprendizaje correctamente en colaboración con las asociaciones especialistas en el tema.
2.- Proponer a las instituciones educativas formación sobre planificación , recursos y temporalización de las programaciones s para alumnos con Altas Capacidades. Los tiempos ordinarios del sistema educativo no son iguales a los tiempos que requieren éstos alumnos. Su necesidad de aprender con profundidad, de manera más experimental y creativamente, hace que sea imposible de abordar su aprendizaje empleando la programación ordinaria de la clase, ya que necesitan otro rimo, otros recursos y una metodología diferente. Si ello no podrán adquirir las habilidades necesarias para estudiar con eficacia en el presente ni en el futuro. Lo justo sería exigir una programación específica por competencias y adecuada a su ritmo con recursos y metodología diferente para las inteligencias múltiples, pero eso es algo de muy difícil y complicada elaboración por alguien que no sea especialista en Altas Capacidades. Por eso no se hace y porque además necesitarían, también, unas tutorías de apoyo individualizado con especialistas que tampoco hay.
Me consta por mi experiencia, llevo 25 años en la enseñanza, que los Departamentos de Orientación, a no ser que haya alguno muy interesado personalmente en el tema, no tienen ninguna instrucción educativa al respecto, ni formación específica. En mas, alguna ocasión, que he propuesto para diagnosticar a algún alumno, me han contestado que: “es mejor no hacerlo porque eso sólo les plantea problemas”. . Cuando la verdadera razón es que nuestro sistema educativo no esta preparado para asumir su estilo de aprendizaje. Desgraciadamente, ni los orientadores ( pedagogos o psicólogos) están formados para ello. Parece ser que ni es sus propias carreras se trata como materia las Altas Capacidades o la Superdotación. Debería plantearse, así mismo, una materia o especialidad concreta en este campo, en todas las carreras orientadas a la docencia. Considero, pues que tienen menos idea de la que yo tengo ahora, claro esta, después de haberme informado mucho al encontrarme con el problema como madre para poder entender a mi hija y buscar una solución a tanto desanimo y desmotivación.
•3.- Proponer a las instituciones educativas el apoyo psicológico necesario para enseñarles a: integrar su emociones y ajustarlas a su personalidad, a desarrollar su sentimiento de identidad, de manera que puedan dar un sentido a sus experiencias en la vida diaria y mejorar su proceso de adaptación; a que no renuncien a su identidad presionados por lo que se les dice siempre negativamente ( raros, exigentes, demasiado sensibles, insatisfechos, problemáticos, complicados etc.) lo que limita su potencia y un desarrollo armónico en todos los aspectos de la vida.
3.- Contactar con los Centros de Profesores y Recursos (CPR) de las diferentes localidades, que son los que gestionan la formación del profesorado. Ofrecer a través de ellos la formación con especialistas en la materia, como por ejemplo, El mundo del Superdotado, seguro que lo aceptarán con gusto, pues así los profesores lo verán como un complemento a su formación y no como una simple charla “divulgativa”. Nunca he visto ningún curso de formación de este tipo quizás porque nadie lo propuso, y ya va siendo hora de hacerlo, pues tanto hablar de proyectos de innovación en la enseñanza y a esto alumnos que podrían aportar mucho, con su potencial y creatividad, están injustamente excluidos del sistema educativo “por ser demasiado inteligentes”, paradójicamente, lo cual ya no se si es una ironía, humor negro o para llorar. La formación deberían ser diferenciada para Primaria, Secundaria y Bachillerato, y para la Universidad, que tampoco contempla ningún programa adaptada apara ellos, y porque en cada etapa educativa y evolutiva se encuentran con problemas diferentes.
Concluyendo, es necesario la implicación de padres, profesores, instituciones académicas y de las personas de Altas Capacidades o Superdotados con sus experiencias y aportaciones para que el problema deje de ser invisible en la sociedad y sea tratado como un de alto valor añadido para la sociedad en lugar de cómo un estigma sin solución.
Cambiando de colegio
Ainhoa de Madrid.
Yo soy de Madrid. Mi hijo iba a un colegio en el que vieron que tenía altas capacidades. Llamaron ellos a la EOEP por dirección del neurólogo (aunque los neurólogos no suelen atender a los niños con altas capacidades sino que son los psicólogos, pero en un principio pensábamos que tenía TDAH porque eso me dijeron en el colegio anterior.
En el cole la EOEP le hizo otra serie de pruebas y dijeron que era clarísimamente de altas capacidades. La profesora de mi hijo no hacía más que agobiarle y les ofrecí llevar a una psicopedagoga para que les diera charlas de cómo llevar a este tipo de niños gratuitamente y recibí una negativa. La profesora cada vez le hacía más daño que otra cosa y mi hijo cada vez estaba más frustrado, llevando esta frustración a la violencia.
Mi hijo fue diagnosticado con un CI 144 y en el colegio decían que el comportamiento de mi hijo se debía a que yo, su madre, no le ponía normas ni límites. Me decía la profesora que mi hijo no tenía amigos y sin embargo el día que se despidió, los niños de su clase estuvieron llorando porque no querían que se fuese.
Como nadie le hacía ampliación de materia para que no se aburriera y no incordiase a sus compañeros, y su profesora no dejaba de agobiarle, tomé la decisión de cambiarle de cole a mitad de curso.
En mi área hay un colegio público que tiene un programa para niños superdotados pero no tenían plaza. Pero encontré plaza en un colegio nuevo en otra zona que, aunque no están especializados en altas capacidades, sí les amplían conocimientos y mi hijo está la mar de contento.
Desde el mismo colegio han solicitado plaza para un programa especial gratuito de los sábados de la Comunidad de Madrid. Es para el curso que viene y espero que sea aceptado. De momento le llevo algunos viernes a un taller de superdotados en el que está muy contento.