Por su falta de identificación, las niñas con altas capacidades sufren discriminación en el ámbito educativo en mayor medida que los niños y, por lo tanto, se ven privadas desde su infancia de la atención educativa que necesitan.
Las razones para esta discriminación son múltiples, pero podemos destacar las más relevantes:
Las niñas de altas capacidades y/o superdotadas pueden pasar desapercibidas
Los niños con altas capacidades suelen ser más problemáticos en el aula. Cuando se aburren pueden manifestar una conducta disruptiva y desafiante desde muy temprano, molestando a compañeros y profesores. Esta es la principal razón por la que acuden antes, y con mayor frecuencia, a las consultas de psicología especializadas en altas capacidades y superdotación, lo que ayuda a que puedan ser detectados a tiempo y recibir la atención educativa que requieren.
Por otro lado, las niñas con altas capacidades suelen adaptarse mejor a las aulas y al entorno, con una conducta aparentemente menos disruptiva y, por ese motivo, los padres y profesores tienen menos razones para solicitar la intervención de especialistas, perdiendo la oportunidad de ser detectadas de forma temprana.
Menor detección de las niñas con altas capacidades
Por nuestra experiencia profesional desde hace más de 15 años, en nuestro centro de El Mundo del Superdotado cada año se detectan solo un 30% de niñas frente a un 70% de niños. En este sentido, en el curso 2020-2021 el Ministerio de Educación refleja que, de los alumnos identificados en todo el país con altas capacidades intelectuales, solo el 35% son mujeres, lo que no hace más que confirmar los datos que venimos observando en clínica.
Valores similares se observan en todo el mundo. Este es el caso de Estados Unidos, donde hay una mayor probabilidad de que un niño sea enviado a un programa de altas capacidades, ocurriendo algo parecido con el nivel socioeconómico, donde los más desfavorecidos pueden ser excluidos. Asimismo, en Estados Unidos dos tercios de los pacientes que han realizado pruebas privadas para determinar su superdotación son hombres (Silverman & Miller, 2009).
Expectativas de los padres de niñas de altas capacidades
Otra razón, que en principio puede parecer chocante, pero resulta igualmente relevante, son las expectativas de los padres, quienes suelen confiar más en las altas capacidades de sus hijos, porque estos suelen llamar más la atención y porque tradicional e inconscientemente se suele asociar la inteligencia a los niños antes que a ellas.
En este sentido, cuando una nueva familia viene a nuestra consulta para la valoración de su hijo con altas capacidades, suelo insistir y preguntar si su hermana ha sido valorada, encontrándonos con la misma respuesta:
– “No, la niña es muy lista también, pero no tiene nada que ver con su hermano”.
Cuando, finalmente, se deciden a valorar a su hermana, no es infrecuente que también tenga altas capacidades y, en bastantes casos, incluso supera en inteligencia general a su hermano.
Expectativas de los profesores de las niñas con altas capacidades
Otra razón se suele encontrar en las expectativas de los propios profesores. Para muchos educadores los resultados brillantes de un niño guardan una relación directa con su nivel intelectual, mientras que en el caso de las niñas se tiende a considerar su esfuerzo personal como causa de estos resultados académicos. Por tanto, menos niñas son nominadas para poder participar en programas de altas capacidades, contribuyendo a su discriminación educativa.
En este sentido, la investigación publicada por Bianco, Harris, Garrison-Wade y Leech en 2011 (Estados Unidos) demostró el sesgo de género en los programas para superdotados y altas capacidades por parte de los educadores.
Uno de cada dos niños con altas capacidades sufre acoso escolar en alguna etapa del ciclo educativo, especialmente en los últimos cursos de primaria y secundaria. Pero también el acoso es diferente entre niños y niñas.
El acoso escolar en las niñas con altas capacidades
Entre los niños son más frecuentes los casos de bullying más visible, caracterizado frecuentemente por agresiones verbales y físicas, por lo que padres y profesores pueden detectar a tiempo y reaccionar, lo que, en algunas ocasiones, puede llevar a la identificación de estas altas capacidades.
Entre las niñas las formas de acoso más frecuentes resultan menos visibles: rechazo, exclusión, críticas en voz baja por su forma de ser, de vestir, por su aspecto físico… que muchas niñas ocultan por sentir vergüenza y que pasan desapercibidas para todos. Sin embargo, este tipo de acoso y de maltrato psicológico afecta de forma grave a su autoestima, por lo que sí necesitarán tratamiento psicológico.
Como muchas no dan razones para una posible identificación durante su infancia, aún sufriendo acoso escolar, ni educadores ni progenitores son conscientes de lo que está ocurriendo. Sin embargo, Locksley y Douvan (1980) comprobaron que las niñas con rendimiento brillante estaban más deprimidas, sufrían ansiedad y tenían una menor autoestima frente a sus compañeros varones.
Adolescentes con altas capacidades
Si durante la primaria obtienen resultados brillantes y todo su entorno las considera “niñas perfectas”, durante la adolescencia ser brillante puede estar penalizado por su entorno escolar. Captan perfectamente que la brillantez no es un rasgo deseable para una adolescente, ya que los demás esperan ver a una niña femenina, amable y que no llame demasiado la atención, y menos si se trata de competir en inteligencia con los compañeros de clase, varones.
Asimismo, y teniendo en cuenta la gran influencia de los medios de comunicación, el ideal que se ha vendido es ser guapa y delgada. En este sentido, competir con sus compañeros varones puede resultar bastante peligroso, ya que pueden convertirse en víctimas propiciatorias de burlas y ataques continuos, tanto de los mismos como de otras compañeras, quienes pueden ver su brillantez como una rareza que no se adecúa a los cánones ya establecidos.
La baja autoestima y la constante exigencia de una perfección inalcanzable pueden llevar a muchas niñas inteligentes a problemas relacionados con una menor integración social y con una conducta alimentaria inadecuada. Incluso, se pueden dar casos graves de anorexia que terminarán siendo tratados por el sistema sanitario sin tener en cuenta sus altas capacidades.
Fracaso escolar en las niñas con altas capacidades
Por otra parte, ser muy brillante en clase puede ser visto por algunos profesores como una conducta agresiva. En un niño, los educadores pueden llegar a aceptar un comentario crítico o una pregunta irreverente, pero en el caso de las niñas no suelen ser igualmente recibidos, generando un mayor malestar que indirectamente puede influir en sus resultados escolares. Cuando las niñas de altas capacidades lo perciben, con su gran sensibilidad, cambian de actitud y dejan de preguntar. Es por esto que en la adolescencia muchas niñas con altas capacidades desaparecen, no porque dejen de ser inteligentes, sino porque dejan de destacar en las aulas por su alto rendimiento escolar, se meten “debajo de la alfombra” y dejan de ser brillantes.
Además, en el ámbito escolar la falta de identificación puede llevar al aburrimiento en las clases, a la falta de esfuerzo y, en muchos casos, al fracaso escolar.
Por esto, las niñas tienden a pensar que son menos inteligentes de lo que son, al contrario que los chicos, y esta misma percepción, que en muchos casos confirman los prejuicios sociales, puede impedir que elijan una profesión de ciencias, informática, ingeniería, o medicina, para las que están especialmente dotadas, pero que creen supera sus capacidades intelectuales.
Una de las grandes lagunas de nuestra sociedad es la presencia de mujeres en las profesiones STEM, que son justamente las que ya tienen un mayor desarrollo en nuestra sociedad, mayores posibilidades laborales y un mayor salario.
Mujeres superdotadas
Ya en la edad adulta, surge otro de los grandes dilemas de las mujeres con altas capacidades. Tomar las riendas de su vida eligiendo tener un desarrollo profesional brillante, con todos los sacrificios y dedicación que ello supone, o dedicarse en exclusividad a cuidar de sus hijos y su familia.
Cuando deciden abordar ambas cosas a la vez, puede llegar a aparecer el denominado coloquialmente como síndrome de la “superwoman”. El mismo, lleva al agotamiento físico y mental cuando la colaboración de su pareja no está a la altura de las circunstancias. Las mujeres con altas capacidades que sí han contado con el apoyo incondicional de sus parejas, pueden desarrollar con éxito sus profesiones y, al mismo tiempo, disfrutar de una vida familiar feliz y equilibrada. Pero, lamentablemente, todavía hoy son un porcentaje mínimo por la falta de corresponsabilidad de los varones en el cuidado de los hijos y de personas dependientes.
Aunque las mujeres con altas capacidades hemos avanzado mucho durante el último siglo, todavía nos queda un largo camino para conseguir tener las mismas oportunidades de desarrollo educativo, social y profesional. Por ello, nuestras niñas con altas capacidades necesitan todo el apoyo de padres, profesores y profesionales para ser identificadas y que puedan desarrollar todo su potencial.
Características de las niñas con altas capacidades
Las niñas con altas capacidades tienen las mismas características que reflejamos en nuestros decálogos de la superdotación, y a menudo:
- Aprenden a leer muy pronto y tienen gran facilidad matemática.
- Les gusta estar con niños de mayor edad.
- Están en su mundo, abstraídas y son bastante despistadas.
- Son muy sensibles.
- Piensan y aprenden rápido y tienen muy buena memoria.
- Son muy exigentes con ellas mismos y con los demás.
- Son hiperactivas mentales, y tienen muchos intereses a la vez.
- Pueden tener baja autoestima, ser retraídas o sufrir problemas de conducta, y poseen una menor resistencia a la frustración.
- Tienden a cuestionar las normas y a la autoridad.
- Son imaginativas, preguntan mucho y tienen un sentido del humor especial.
La educación es condición esencial del fortalecimiento de la participación de las mujeres. La instrucción de las mujeres es probablemente una de las inversiones más rentables que puede hacer un país. Dar más oportunidades a las mujeres, en particular a las mujeres y niñas con aptitudes excepcionales, es crear las condiciones necesarias para la aparición de una de una élite femenina y permitir a las mujeres hacer al proceso de adopción de decisiones una contribución valiosísima para el adelanto de la educación y el desarrollo duradero (Delors, J. 1996)
Como autora de La maldición de la inteligencia, tenía una asignatura pendiente con las niñas y mujeres superdotadas y por eso, si quiere saber más, le invito a leer mi nuevo libro, “Destacar o Callar: Niñas y mujeres con Altas Capacidades” de próxima publicación en Plataforma Editorial.
Niñas superdotadas
Asimismo, resulta relevante hablar en particular de las niñas superdotadas. De forma sistemática, año tras año, el número de niñas, adolescentes y mujeres adultas que vienen a nuestra consulta de El Mundo del Superdotado no pasa de un porcentaje exiguo comparativamente con el número de varones, algo que se repite también con las altas capacidades. Sin embargo, a pesar de los tópicos del pasado, todas las investigaciones realizadas sobre la relación entre inteligencia y sexo nos indican que la inteligencia se distribuye por igual entre hombres y mujeres.
En nuestra opinión, existen dos razones por las que solo un pequeño porcentaje de niñas superdotadas son evaluadas de altas capacidades y superdotación: la primera es que las niñas se ocultan, disimulan mejor su superdotación para ser aceptadas por su entorno. La segunda, más grave si cabe, es que frecuentemente los padres esperan mucho menos de sus hijas que de sus hijos, lo que les lleva a no plantearse que estas puedan ser superdotadas.
La profecía autocumplida de las niñas superdotadas
Según Borland (1986), las niñas superdotadas buscan encajar mostrando una menor capacidad e inteligencia de la que realmente tienen, asimismo, este hábito a menudo termina derivando en una profecía autocumplida, el conocido como Efecto Pigmalión.
Lamentablemente, los prejuicios de género siguen muy presentes en nuestra sociedad y las niñas los perciben con claridad, no solamente a través de la relación con sus padres y compañeros, sino también, y sobre todo, a través de los modelos y estereotipos que observan a diario en los propios cuentos infantiles y en las series de televisión de más éxito. En la actualidad, para una mujer ser guapa, ser amable y relacionarse adecuadamente, son características más valoradas que ser inteligente. Por esta razón, y como ocurre en el caso de las altas capacidades, cuando las niñas superdotadas destacan, tienden a ocultar su inteligencia mejor que los chicos, que también lo hacen pero a menor escala, para sentirse aceptadas por el grupo e incluso por su propia familia.
Greenspan sugirió que las chicas suelen ser más maduras emocionalmente. En este sentido, Greepspan establece que se integran con más facilidad, pero también que los padres se preocupan más por la educación de sus hijos que de sus hijas. En consecuencia, invierten menos dinero en ellas.
Es habitual que en nuestro centro evaluemos a varios hermanos, por lo que resulta curioso cómo los padres nos traen a su hijo y les preguntamos por sus hijas nos explican el ya mencionado «no, ellas son normales». Esta creencia se mantiene hasta que les hacemos las pruebas y descubrimos a niñas tan o más inteligentes que sus hermanos, pero que saben pasar perfectamente desapercibidas tanto en clase como para su propia familia.
Las niñas superdotadas pueden pasar desapercibidas
Las niñas superdotadas pueden bajar las notas a propósito para no destacar y, lo que es más grave, interiorizan sus problemas de forma que nadie en su entorno es consciente de que también pueden tener problemas de adaptación por su superdotación al no recibir educación especial.
Cuando un niño tiene altas capacidades y está con chicos de su misma edad, es frecuente que no se integre bien en el grupo e incluso que llegue a ser rechazado bien de forma activa con agresiones, verbales y no verbales, o de forma pasiva, cuando le excluyen de las actividades de grupo o nunca le eligen como compañero. La reacción al rechazo y a las dificultades de integración también puede ser pasiva, el niño se encierra en sí mismo, intenta pasar desapercibido o directamente se aísla del grupo que no le comprende o activa, se defiende con agresiones verbales o no verbales o se convierte en un niño disruptivo o conflictivo en clase.
La conducta pasiva, encerrarse en sí mismas e intentar pasar desapercibidas, es mucho más frecuente en niñas superdotadas, ya que son capaces de pasar toda la etapa escolar sin que padres ni profesores observen nada especial en ellas. Entre los chicos son más habituales las conductas disruptivas en clase, agresiones, retraimiento exagerado o problemas de conducta y psicológicos que llevan a los padres y profesores a pedir una evaluación en nuestro centro.
Identificación temprana de las niñas superdotadas
Por nuestra parte, recomendamos la identificación temprana de las altas capacidades, y es que la tendencia a desaparecer, a disimular, se incrementa a medida que las niñas superdotadas llegan a la adolescencia, momento en que se hace más necesaria para ellas la aceptación social. Según Fox y Turner (1981), a las superdotadas les suele interesar más la aceptación de sus compañeros que el propio desarrollo intelectual, sobre todo al llegar a esta etapa. De esta forma, chicas que destacaban en la primaria se convierten en mediocres en la adolescencia. Sin embargo, la inteligencia se mantiene estable a lo largo de la vida. Para adaptarse han aprendido a esconderse mejor.
Carmen Sanz Chacón.
- Ellis, J., & Willinsky, J. (Eds.). (1999). Niñas, mujeres y superdotación: un desafío a la discriminación educativa de las mujeres (Vol. 14). Narcea Ediciones.
- Jiménez Fernández, C. (2010) Diagnóstico y educación de los más capaces.
- Ministerio de Educación y Formación Profesional. Gobierno de España (2021). Estadísticas alumnos de enseñanzas no universitarias. Recuperado de https://www.educacionyfp.gob.es/dam/jcr:ae456755-1f2e-48be-94d4-4e13ab204e8b/notaresumen21.pdf
- Rodríguez, P. D. (2002). Sobredotación, mujer y sociedad.
- Sánchez, L. P. (2002). Mujeres superdotadas y sociedad: del» burka» al síndrome de abeja reina.
- Silverman, L. (2013) ¿Qué pasa con las niñas superdotadas?
- Sanz Chacón, C. (2014) La maldición de la inteligencia.
- Sanz Chacón, C. (2023) Destacar o Callar: Niñas y mujeres con Altas Capacidades.