Una de las preguntas más frecuentes entre nuestros clientes es la edad adecuada para valorar a un niño superdotado o con altas capacidades.
En algunos centros escolares les dicen a los padres que deben valorarse a partir de los seis años, que antes no es posible, no es cierto. Los test de inteligencia más habituales en todo el mundo permiten valorar la inteligencia general a partir de los tres años, e incluso antes, aunque personalmente les recomiendo esperar hasta los tres años.
Algunos niños de altas capacidades destacan desde muy temprano, ya en la guardería, sus padres saben que tienen un niño diferente, quieren salir de dudas, pero antes de los tres años, personalmente, les recomiendo solicitar una cita de orientación.
En algunas zonas de nuestro país se habla incluso de valorar la superdotación y la alta capacidad a partir de los doce años. En este caso no solamente se está cometiendo un grave error, sino que también estamos demorando la atención educativa especial hasta la Enseñanza Secundaria y permitiendo que los niños pasen toda la Educación Primaria sin apoyo educativo.
La importancia de la identificación temprana de las altas capacidades
La identificación temprana, a los tres o cuatro años, permite a los padres conocer más sobre las características especiales de sus hijos y poder planificar con tiempo su educación, tanto en lo referente a la búsqueda de centros escolares adecuados, como en las estrategias a desarrollar en el ámbito familiar y extraescolar. Como anécdota, recordar que los padres adoptivos de Steve Jobs, al observar que tenía problemas de adaptación, decidieron cambiarse de domicilio para poder facilitar su educación. (Steve Jobs, La Biografía, Walter Isaacson).
Por otra parte, los niños de altas capacidades, según la legislación actual, pueden ser flexibilizados o acelerados de curso hasta tres años durante su etapa educativa. Lo ideal sería que estas aceleraciones se produjesen de forma paulatina, entrando un año antes en la Enseñanza Primaria, adelantando un año más en los Cursos de Tercero a Sexto de Primaria y, por último, un año más en la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Esto permite que el niño pueda ir adaptándose a cada cambio sin problemas y terminar tres años antes su enseñanza obligatoria para poder comenzar cuanto antes sus estudios universitarios. Un estudiante de altas capacidades puede ingresar sin problemas con quince o dieciséis años en la universidad, lo máximo que permite nuestra legislación, aunque en muchos países ingresan incluso con menos edad.
Carmen Sanz Chacón