Consejos para no pasarse de listo

Ser superdotado o tener altas capacidades es en algunos casos como conducir un coche a 180 kilómetros por hora.

Cualquier persona puede llegar probablemente a las mismas conclusiones que un superdotado al resolver cualquier problema, pero necesitará más tiempo, lo que quiere decir que también se tomará más tiempo para el análisis y el razonamiento.

El cerebro de un superdotado es capaz de ir mucho más rápido que el de los demás, pero por eso mismo, al igual que cuando se viaja a alta velocidad se pierde capacidad de observación del entorno, es muy fácil dejar de observar detalles que podrían cambiar totalmente las conclusiones en una determinada situación. Y también igual que cuando se conduce con exceso de velocidad, en caso de tomar una dirección equivocada, es mucho más fácil «darse la torta» sin apenas darse cuenta que si viajas más despacio.

No dejarse llevar por las primeras conclusiones, tomarse tiempo para pensar

El primer consejo sería meditar antes de actuar. Observar en cualquier situación antes de llegar a una decisión precipitada y sobre todo escuchar, escuchar mucho a los demás, aunque a veces resulte «aburrido» o parezcan más lentos. Cualquier persona tiene mucho que aportarnos y muy a menudo mayor capacidad de observación que un superdotado.

Abrirse a los demás

El segundo consejo es salir de nuestra burbuja. Casi nadie puede vivir en una burbuja y sentirse feliz. La tendencia al aislamiento de los superdotados es su principal enemigo. Es imprescindible buscar actividades sociales en las que integrarse, con gente similar (otros superdotados) o con gente totalmente diferente con las que se tengan cosas en común.

Disfrutar de la inteligencia

El tercer consejo es buscar el lado positivo de nuestra inteligencia, de nuestra alta capacidad, buscar todas las posibilidades a nuestro alcance para satisfacer esa curiosidad infinita por aprender más y, en la medida de lo posible, ayudar a los demás en ese aprendizaje. Tener una mayor capacidad intelectual no supone que se deba ser el mejor en todo, ni, por lo tanto, que todas las metas que uno se proponga se vayan a conseguir.

Desarrollar la capacidad de soportar el fracaso y de sobrevivir a la frustración

El cuarto consejo es no tener miedo al fracaso y aprender a recuperarse de las caídas. Las metas de un superdotado tienden a ser excesivamente ambiciosas por esa mayor capacidad de visión, pero muy a menudo los recursos propios, el entorno, la sobrevaloración de las propias capacidades y/o la falta de perseverancia por aburrimiento, no nos permiten alcanzarlas. «Superdotado=Sentimiento de fracaso en la vida» es una ecuación demasiado frecuente contra la que hay que luchar desde dentro de uno mismo.

No alardear nunca de esa inteligencia superior

El quinto consejo es no presumir de nuestras altas capacidades. Porque muy pronto alguien nos demostrará su superioridad en cualquier otra faceta en la que nosotros somos torpes o nos recordará nuestras altas capacidades en el ámbito del «despiste crónico» y otras cualidades poco positivas que van a menudo unidas a un alto cociente intelectual.

Y por último, desarrollar todas esas cualidades que se engloban dentro de la llamada inteligencia emocional que nos ayudarán a sacar mucho mejor partido en el mundo real de un alto cociente intelectual.

Si sospecha que su hijo o usted mismo es Superdotado nuestro primer consejo es asegurarse, solicitar una cita con nuestro Gabinete de Expertos en Superdotación llamando al 914317061 y salir de dudas.

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